Foto: Juan Felipe Villegas
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Pronto, pronto,
dibuje un armazón
cúbrase la espalda,
pronto, urgente,
no diga más,
escriba,
la vida es hoy
no es mañana
fue ayer.
Frente a tus puntos suspensivos yo encuentro la sobriedad de las cosas
un elemento clave para vivirte es describirte paso a paso la conjugación de un beso,
luego, cómo se van desdibujando las palomas en el cielo, las garzas, las gaviotas,
las alas se van haciendo cada vez más grandes, cuando vas creyendo,
suena en ese instante una voz como de ola y llegan a mi mente los azules del mar
instaurados en tu piel salada, piel de sal, piel de arena, de agua, de eso que es tan tuyo,
mueve mi mente el viento, el silencio fue y es la respuesta a muchas de tus preguntas.
Dentro del encanto de ese padecer, aparece en escena tu espíritu, tan de otro país,
tanta energía eléctrica que condensa mi paz, me has soltado la mano solo para besarla después
y yo sigo tanteando tu boca con mis dedos, ese foco de ansiedad que ya no queda,
porque llega tu paz, tu, llegas tu con esa sonrisa, efecto placebo, que me gusta,
me hace tanto bien, mi sonrisa de hoy es por vos ¿te diste cuenta? cuando me desperté te lo dije,
fuiste mi primer pensamiento, algo cursi ya lo sé, pero qué se hace cuándo eso que sientes es lo
propio y lo impropio, es lo que hay.
Así el día se ha pasado, frontera de tu muro paralelo de ocupaciones y el mío de letras
imperfectas dicientes, que a veces dicen tanto que solucionan la incertidumbre, hoy fue ese día
que tanto anhelé, hoy estás tú.
No te estaba esperando
sin embargo llegaste.
Andrea Cadavid Restrepo
De: Improperios del sueño
